Mencionamos su blog "Geografia de Gracia" antes, pero encontré una reflección por Liz Herrera de Cabezas que me hizo pensar y bien, entonces quiero compartirla:
Tenía solamente 16 años cuando por primera vez me encontré frente a una mujer viviendo en el infierno de la violencia doméstica. Moretones, huesos quebrados, insultos y desprecios eran parte de la vida diaria de mi amiga y compañera de la universidad. Yo era la “cristiana” del grupo de amigas, y se supone que debía decir algo, pero durante semanas no supe que decir o hacer. Había escuchado, leído al respecto, pero nunca había tenido que enfrentar algo así personalmente.
Agradecía infinitamente a Dios por haberme librado de crecer en un ambiente así, pero me sentía tan ajena y tan confundida por no poder ponerme en sus zapatos, y ayudarla. Fue una de esas veces en que ningún pasaje bíblico, ninguna palabra de aliento y ninguna oración de fe parecieran suficientes. Tenía más preguntas que respuestas. (Seguir Leyendo…)
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