Debes pensar constantemente en estos mandamientos que te doy en este día. Debes enseñarlos a tus hijos y hablar de ellos cuando estás en casa o cuando caminas con ellos; al acostarte y al levantarte. (Deuteronomio 6:6-7)
Lo creas o no, pero es muy común que padres se acerquen a preguntar cómo ser un buen padre. Algunos me dicen cosas como: "Es demasiado tarde para mí". O "No tuve un buen padre por lo que no sé cómo serlo". Y una gran noticia, "¡nunca es demasiado tarde!" Tú puedes convertirte en un héroe para tus hijos. Sé que se puede, es posible, lo he visto una y otra vez.
Y es que debes entender que tus hijos no necesitan ni desean que seas perfecto, pero sí necesitan que estés presente y disponible para ellos, ser amable, cariñoso y que les demuestres amor. Invierte tu tiempo en ellos. Olvídate del mito que dice que "basta con un poco de tiempo pero de calidad". Quizás eso pueda hacerte sentir mejor, pero no sirve para cubrir las necesidades de tus hijos. Y eso es lo que Dios quiere que cumplas como padre.
Presta atención. No existe ningún sustituto para "ti". No hay quien pueda suplirte en la vida de tus hijos. Simplemente no puedes delegar la nutrición espiritual a alguien más. Una mamá no puede suplir lo que puede dar papá. Un papá no puede suplir lo que puede dar mamá.
Muestra y dile a tus hijos que los amas. Vive tu fe delante de ellos. Sé bondadoso, bueno, consistente en tu vida y verás cómo te conviertes en el o la héroe de tu hijo.
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Este artículo fué compartido por Julio Cesar Cruz en Paralideres.org
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