Esto a veces no solamente influye en la crianza de nuestro hijos sino tambien en la forma en la que llevamos el trabajo en el ministerio juvenil. Nos hemos contagiado de ese pensamiento del mundo tecnológico en donde los resultados inmediatos son los mejor vistos. Esto influye a su vez en las decisiones que tomamos para que nuestros chicos sean lo mejor "cristianos posibles" dejando evidenciado nuestra propia inseguridad por los fracasos que cometimos y en donde es posible que ellos puedan meterse.
Les dejo un apartado del artículo
Uno de los problemas centrales hoy en día es que los padres han perdido su confianza. Dudamos de todo lo que hacemos y a menudo nos sentimos fracasados, por eso nos hemos vuelto adictos a los libros de paternidad y a los consejos de gurús. Como padres, conocemos a nuestros hijos mejor que nadie, así que el mejor camino es confiar en nuestros instintos. Escribí Bajo presión para dar a los lectores confianza para descartar la presión paritaria y el ruido confuso que nos llega a través de la industria de los consejos sobre la paternidad y de los medios de comunicación, y encontrar así el equilibrio que más conviene a la propia familia.
Si quieres conocer más sobre Carl Honoré esta es su página web (ingles)
Post by Yorch Vivas
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Me parecio muy interesante el articulo.
ResponderEliminarPienso que ahora los padres creen que sus hijos tienen que estar en "algo" porque si no a futuro no serán... Y lo que hacen es que el niño acumule un montón de cosas, que no tiene necesidad. He visto que niños (as), se comparan (6 años) con otros chicos, llegando a pensar que no pueden que son unos fracasados, y más aun creando ansiedades, nervios, por no poder cumplir las expectativas puestas en ellos.
Lo otro que me parece totalmente real, es que ahora los padres no se sienten tan preparados o los han hecho pensar que deben recurrir a otras alternativas para la crianza de sus hijos porque si no el chico no va ser "bueno" o perfecto, ya que ellos no pueden hacerlo.
Algo que tomo relacionado con el liderazgo juvenil, en el ministerio, es el tener en cuenta motivar al joven por su esfuerzo y no por su habilidad, porque así él querrá seguir haciéndolo cada vez mejor, a diferencia de que se motive por su habilidad, ya que puede no cumplir con lo que le toco, y se frustrará o pensará que su habilidad o talento llego al limite.