¡Que el Señor te bendiga!
Os bendecimos en el nombre del Señor.
Las palabras del salmo son bien sencillas y me han retado grandemente ¿Qué tipo de vida vivo? ¿Soy un agente de bendición que por donde paso dejo un rastro positivo y que hace bien a la gente? ¿Soy un buen imitador de mi Maestro, Jesús, en este sentido?
Porque si no lo soy ¿Entonces qué sentido tiene mi vida y qué sentido tiene identificarme como seguidor de aquel que por donde pasó dejó una estela de bondad, amor y bendición?
Porque está claro, en este mundo roto no hay opción posible, o vivo profundizando tanto dolor y rompimiento como existe o, por el contrario, me alineo con Jesús y su ministerior restaurador del mundo roto.
Señor, ayúdame a bendecir, a todos y en todo momento.
Un principio
Ser imitadores de Jesús bendiciendo a otros.
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