Lastimosamente, desde la colonia la religión ha sido utilizada muchas veces para manipular y controlar a otros usando el temor a Dios como argumento. Como consecuencia de esto, muchas personas se “acercan” a Dios más por temor al castigo que por amor o gratitud.
Me gusta lo que plantea McMannus respecto a la religiosidad. De acuerdo a su criterio, la religión busca controlar a las personas por medio de controlar sus deseos y pasiones en lugar de potenciarlos. Esto nos lleva a crear reglas, leyes y rituales que establecen rígidos parámetros de comportamiento y nos hacen sentir culpables, con temor y vergüenza al incumplirlos.
La religiosidad con demasiada frecuencia centra su atención en el comportamiento externo y pierde de perspectiva el verdadero proceso de transformación que tiene lugar progresivamente en lo profundo del corazón.
Por otro lado, la gran mayoría de religiones están basadas en tres elementos: personas sagradas, objetos sagrados y lugares sagrados. En otras palabras, los sistemas religiosos están mediados por seres humanos “autorizados” para llevar a cabo ciertos rituales, en ciertos lugares y con ciertos instrumentos que son considerados especiales de alguna manera.
Por lo tanto, la religión es un intento del ser humano de acercarse a lo divino haciendo uso de rituales caracterizados por la participación, en cierta medida, de personas, lugares y objetos sagrados. Al generalmente haber cierto tipo de mediadores (personas consideradas especiales) en los sistemas religiosos, la manipulación se vuelve un tema recurrente. Es doloroso ver como ciertas personas hablando en nombre de Dios y manipulando conceptos relacionados con la fe de las personas logran grandes fortunas a costa de los más pobres e inocentes. Justamente ese es uno de los grandes desafíos en el área de la religión.
Como seguidor de Jesús, quisiera compartir algunos detalles muy interesantes respecto a su propia manera de ver a la religión. Aunque después de dos mil años ahora existen cientos de sistemas religiosos basados en la figura de Jesús, me resulta sumamente interesante descubrir que su propuesta iba radicalmente en contra de la religiosidad. Al analizar su vida y su mensaje claramente podemos identificar sus constantes debates con los religiosos de su época. Jesús constantemente y de manera directa denunció la religiosidad y modeló una vida de íntima relación con Dios fuera de un sistema basado en personas, objetos y lugares sagrados. De esta manera rompió con el molde religioso tradicional, relacionándose con Dios de manera directa, profunda y real.
Jesús también enfatizó en la transformación interior como base fundamental para la transformación exterior y en la necesidad de que nuestro corazón sea cambiado. De la misma manera, denunció fuertemente los rituales y las tradiciones vacías practicadas por los religiosos contemporáneos.
Podría continuar con la lista, sin embargo, si tan solo pudiéramos fomentar el cambio en estos pocos elementos las cosas en la esfera de la religión serían completamente distintas. Considero indispensable que seamos agentes de transformación al promover que quienes nos rodean puedan conocer al Dios de amor incondicional y que dejen de vivir bajo la culpa, la vergüenza y el temor. También, me parece de mucha importancia poder acompañarnos mutuamente mientras desarrollamos una relación personal con Dios (como lo modeló Jesús) en nuestra vida diaria, sin enfatizar en lugares, objetos ni personas sagradas.
Por último, es de vital importancia que cambiemos nuestra percepción mágica que hemos heredado de un dios lejano que puede ser manipulado con ciertos rituales. Dios (el que se revela en la Biblia) no es una fuerza que puede ser alcanzada y canalizada por personas especiales para lograr ciertos resultados. Mientras mantengamos esos paradigmas en nuestra mente será difícil que lleguemos a experimentar una relación personal con Dios de manera directa e íntima. Solamente podemos desarrollar una relación con una persona, no con una fuerza. Es por esa razón que en lugar de invertir tiempo en rituales mecánicos con el fin de obtener ciertos resultados milagrosos (“mágicos”), considero que necesitamos enfocarnos en aprender a comunicarnos (hablar y escuchar) con Dios de manera personal y comunitaria.
Estos son algunos de los grandes desafíos en la esfera de religión en nuestra querida América Latina fuertemente marcada por la religiosidad popular y el sincretismo. Hay grandes desafíos por delante si queremos fomentar el “libre acceso” a Dios y ayudar a ganar conciencia respecto a la manipulación que está beneficiando a unos pocos a costa de los más inocentes.
(extracto del capítulo 11 del libro "EMERGENCIA: experimenta un amor capaz de transformarlo todo")
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