21 de septiembre de 2011

¡No olvides tus lentes! - ¿Cómo tener una comunión personal y diaria con Dios?


Hoy vamos a hablar sobre la COMUNIÓN PERSONAL  Y DIARIA CON DIOS y los LENTES.

Desde que tengo 12 años uso lentes por necesidad. Los lentes me ayudan a ver la realidad tal cual es. Si me los quito veo borroso, no reconozco a las personas, no puedo leer nada y, después de un rato, la cabeza comienza a dolerme.


Un buen día me rebelé contra mis lentes y los dejé de usar. Al principio me pasó lo de siempre (vista borrosa, no reconocía a las personas, no podía leer y el dolor de cabeza) pero después de casi un día comencé a notar que veía bien, podía reconocer a mis amigos, leer libros y el dolor se fue.

Durante unos meses viví feliz, sin lentes. Otro buen día, los lentes decidieron vengarse de mi rebelión: mis ojos comenzaron a lagrimear, parpadeaba mucho, el dolor de cabeza regresó. Pronto me encontraba con la doctora y lo primero que me preguntó fue: ¿y tus lentes?

Ella me explicó que los ojos tiene cierta flexibilidad. Si dejaba de usar mis lentes, los ojos se esforzarían el doble por tener una vista normal, pero esto no sería para siempre. Tarde o temprano tendría que recurrir de nuevo a los lentes.

La verdad es que como cristianos también tenemos lentes que nos ayudan a ver la realidad como Dios la ve (es decir, la verdadera realidad). Esos lentes son nuestra comunión personal y diaria con Dios: leer nuestra biblia y orar.

Leer la biblia y orar de manera personal y diaria son los lentes indispensables para todo cristiano. Si no me pongo los lentes veré mi vida borrosa, no reconoceré a las personas, ni podré leer y pronto tendré una fuerte jaqueca o en otras palabras: no podré comprobar la voluntad de Dios en mis estudios, qué decisión es la correcta en mi noviazgo, qué es lo que Dios está haciendo en mi familia, o cómo afrontar una situación difícil en mi escuela o iglesia.

Continua leyendo | ¡No olvides los lentes!
Colaboración por Eduardo Escobar

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