24 de febrero de 2012

Artículo - Has dejado tú primer amor



“Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos; y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado. Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor”  (Apocalipsis 2:2-4).

Es interesante como comienza esta carta, primero se felicita a la iglesia de Éfeso por todo lo que ha hecho por amor al nombre del Señor y lo obediente que ha sido al hacerlo, pero al final recibe este mensaje: “Has dejado tu primer amor.”

Es inevitable llegar hacerse esta pregunta: ¿Cómo personas que estaban haciendo lo que se supone que es de Dios y haciéndolo por amor a su nombre y en obediencia. Se apartaron o dejaron el primer amor? ¿Será que la iglesia de Éfeso se olvidó de algo? ¿Qué es lo que les faltaba? ¿Cómo lo podrían conseguir?

Pablo en una ocasión menciono algo muy importante:

“Si no tengo amor, de nada me sirve hablar en todos los idiomas del mundo, y hasta el idioma de los ángeles. Si no tengo amor, soy como un pedazo de metal ruidoso; ¡soy como una campana desafinada! Si no tengo amor, de nada me sirve hablar de parte de Dios y conocer sus planes secretos. De nada me sirve que mi confianza en Dios me haga mover montañas. Si no tengo amor de nada me sirve darles a los pobres todo lo que tengo. De nada me sirve dedicarme en cuerpo y alma a ayudar a los demás” (1 Corintios 13:1-3) (Ver. Lenguaje Actual)


Coloquémonos nuestro sombrero, tomemos nuestra lupa y empecemos analizar las pistas que nos deja Pablo en estos versos.  Pablo claramente dice: de nada sirve hacer esto o aquello, de nada sirve hacer grandes cosas  sino tengo amor. Si no hay amor en lo que hago de nada me sirve hacerlo es lo que termina concluyendo Pablo.

La biblia describe a Dios como “AMOR” es decir Él es “AMOR”, Dios es la fuente sólo el Padre eterno puede darnos esto, nosotros no podemos producirlo. Ahora si tomamos este concepto de que Dios es AMOR y lo uniéramos para entender lo que dice Pablo sería algo como: De que me sirve hacer esto o aquello si no tengo Amor (Dios). Simplemente no tiene sentido hacerlo.

La iglesia de Éfeso tenía casi todas las cualidades de una buena iglesia, servía a Dios, no tenían miedo de desenmascarar a los falsos maestros, pastores, profetas  o apóstoles que decían venir de Dios y sólo buscaban fama, control e ingresos bajo una capa de una falsa piedad.

Podían discernir un error como un pelo en una sopa a cien pasos de distancia. Perseveraban en el sufrimiento como nadie más. Nunca se quejaron al ser agraviados por otros. Pero aun con todo esto ¿Estuvo Jesús contento con ellos? Por supuesto que no lo estaba ya que su reproche fue por haber caído de su primer amor.

Ellos habían abandonado el Amor que los consumía, que tenían por Jesús al principio. Sin este amor, su servicio no tenía sentido. Podemos estar ocupados trabajando para Dios y  al final nos olvidamos de conocerle a nuestro Padre Celestial. 

Nada de lo que ellos hacían estaba motivado por el amor hacia Él o por el amor de Cristo hacia ellos. Por esa razón, todo lo que hacían no sólo dejo de tener valor, sino que se tornó en algo destructivo.

La historia de Éfeso se ha repetido millones de veces con diferentes nombres y personas, muchos hemos cometido el mismo error, trabajamos para Cristo, pero nos olvidamos de conocerle a Él, hacemos cosas que tiene que ver con Jesús, pero no nos acercamos a su amor a su máxima expresión.

¿Muchos se preguntaran que hacer entonces? ¿Qué debemos hacer? No se trata de hacer algo esencialmente, tampoco se trata de deber o tener que hacer algo, se trata primero de Dios, solo de Él, se trata de su amor por nosotros, se trata de dejar de hacer algo por el Hijo de Dios y volver al primer amor, su amor por nosotros, volver a ese punto donde Jesucristo y nosotros éramos uno en comunión.

¿Cuándo fue la última vez que viviste la misma experiencia y pasión como la primera vez que tuviste un encuentro con el Señor? Es lamentable pero muchos son los que trabajando para Dios se olvidan de conocerle y experimentar su amor.

Dios no está esperado que hagas algo, tampoco está diciendo: “Debes hacer esto o aquello”, El Dios de amor quiere que le conozcas y aprendas a confiar en su amor por ti primera y principalmente.

Volvamos al primer amor, dejemos de preocuparnos tanto por hacer esto o aquello, y volvamos a la comunión íntima con Cristo, eso nos liberara para amarle a Él y a los demás, nos dará la fuerza y confianza para soportar y pasar las situaciones diarias de nuestra vida.

No se trata de lo que hacemos nosotros, se trata de lo que Dios ya ha hecho y está haciendo en nosotros, no se trata de hacer algo para o por Cristo, se trata de conocerle a Él. No se trata de una actividad, lugar, reunión, campaña o lo que sea, se trata de UNA RELACIÓN DIARIA CON DIOS.

Volvamos a nuestro primer amor y dejemos las acciones para después, la sociedad nos ha llevado a pensar que esto es lo que se espera de cada uno de nosotros, hoy se mide el valor de cada persona por lo que hagan más que por lo que son y tristemente muchos cristianos han adoptado este estilo de amor con respecto a su relación con Dios y su relación con los demás.

Dios nos está dando un mensaje desde hace mucho tiempo: “No se trata de lo que tú puedes hacer, se trata de lo que ya yo estoy haciendo”.

Dios no mide nuestro valor por las acciones nuestras, su amor no está condicionado por nuestras acciones, si fuera así entonces sería una contradicción fatal decir que Dios nos ama incondicionalmente.

Pero la buena noticia es que si Dios nos ama incondicionalmente, y no nos pide nada a cambio por ello.

Tal vez pienses ¿pero qué hay de lo que pueden tomar esto que dices como un pretexto para pecar deliberadamente?  Por supuesto que sucederá es más ya está sucediendo pero eso no significa que esto no sea verdad, sin embargo los que hacen tal cosa, sólo están viviendo una falsa gracia y amor de Dios.

Otra pregunta que saldría a relucir en las mentes de muchos seria ¿pero entonces no tengo que hacer nada sólo sentarme y decir: como Dios me ama ya no tengo que hacer nada?, no se trata tampoco de eso, se trata de comprender profundamente el amor de nuestro Padre hacia nosotros y vivirlo a su máxima expresión eso producirá en nosotros una respuesta de amor de nosotros a Él y a los demás, es en este punto donde nuestras acciones cobran un valor inmenso porque están motivadas por el amor que Cristo tiene por nosotros y el amor que tenemos por los demás. Y es allí donde al final somos libres de experimentar el amor genuino de Dios para con nosotros y de nosotros para con los demás.

Escrito por Joel A. Riquett S.

No hay comentarios:

Publicar un comentario