Artículo por Eduardo Escobar
Todos conocemos la escultura de Miguel Ángel llamada "el David". Es una obra asombrosa llena de detalles y razgos perfectos. Sin embargo, esto no fue así siempre.
Hubo un tiempo en que el David no era más que una enorme piedra de mármol, sin forma pero dispuesta a ser moldeada.La piedra fue traída al taller. Pero el artista no era Miguel Ángel, sino Agustín Di Duccio.
Agustín trabajó sobre la escultura por un tiempo, quitaba trozo tras trozo del enorme bloque blanco. Un día se percató que había quitado más de lo debido, intentó solucionar la situación, sin embargo era imposible. Ese enorme pedazo de piedra había sido considerado inservible.

Otros "artistas" son tus amigos y novi@s. Experiencias de aceptación y rechazo son martillos y cinceles que van dando forma a tu cuerpo, tus facciones, y tus gustos.
Tú mismo eres un "artista". Tus sentimientos, ideas y convicciones moldean tu figura.
Sin embargo, igual que Agustín un día todos los seres humanos nos damos cuenta que hemos hecho de nuestro bloque de mármol, es decir de nuestra vida, un trozo de piedra inservible...
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