6 de mayo de 2010

Una Perspectiva Bíblica De La Salvación VIII. Ruptura En La Relación Con Otros Seres Humanos


Su acto de rebelión enfrenta y rompe la relación ente Adán y Eva. Al verse confrontados por Dios responden culpándose mutuamente por lo sucedido. No hay solidaridad ni mutua responsabilidad. No hay un frente común contra Dios, aunque parezca irreverente decir esto,

Deciden no compartir la responsabilidad y las consecuencias que pudieran derivarse de la misma, antes al contrario, no tienen ningún prejuicio en culparse mutuamente si con ello pueden salvar su miserable pellejo. Salvarse a costa de hundir al otro.

No es una sorpresa para ninguno de nosotros cuán difíciles son las relaciones entre las personas, incluso con aquellas que nos son queridas y significativas como pueden ser los padres, los hijos, los hermanos, los esposos, los amigos. No digamos con aquellos lejanos a nosotros emocionalmente.

En el capítulo cuatro, Caín mata a Abel por una cuestión de celos y envidias. Esto demuestra la progresión en el proceso de degradación de las relaciones interpersonales introducida por el pecado, hermano contra hermano. Génesis continúa narrando más historias de relaciones rotas, Jacob engaña a su hermano Esaú, José es vendido por sus hermanos, Jacob es engañado por sus hijos. Las páginas de la Biblia son una sucesión de relaciones interpersonales rotas.

Valdría la pena llamar la atención sobre el versículo 16, que debería ser leído, es nuestra opinión, a la luz de este contexto de degradación de las relaciones interpersonales. Dice así, con dolor parirás a tus hijos. Tendrás ansia de tu marido y él te dominará.

Se ha hecho una exégesis de este versículo que ha servido para justificar una pretendida subordinación de la mujer al varón. Sin embargo, leído en el contexto de la fractura de las relaciones interpersonales adquiere una nueva dimensión. Si lo vemos a la luz de las consecuencias que el pecado produce en las relaciones entre los seres humanos podemos ver el proceso de dominación de unos sobre otros en función de las diferencias. El texto menciona la diferencia de género, el hombre domina a la mujer, pero no es la única. Desde entonces podemos ver como el dominio, el abuso y la explotación de unos seres humanos por parte de otros ha sido una constante. Lo ha sido por razones económicas, sociales, religiosas, culturales, de género, étnicas, nacionales y un largo y largo etcétera. La diferencia ha sido excusa, motivo y oportunidad para la dominación.

El apartheid en África del Sur, el feudalismo durante la Edad Media, la explotación sexual de niños y mujeres, el trabajo infantil, el sistema de castas en India, las limpiezas étnicas en diferentes países en diferentes épocas, el Holocausto nazi y un largo etcétera que casi no acabaría, son evidencias de cómo el pecado ha roto las relaciones entre los seres humanos.

Todos nosotros experimentamos en nuestra propia vida la realidad de la ruptura de las relaciones entre los seres humanos que el pecado ha traído a la experiencia humana. No tenemos que ir demasiado lejos ni acudir a ejemplos tan dramáticos como los mencionados en el párrafo anterior. En nuestro propio nivel nosotros también hemos experimentado, experimentamos o experimentaremos este tipo de rupturas.


No hay comentarios:

Publicar un comentario